El conteo de cartas en el Blackjack, método que fue llevado a la gran pantalla en películas como Rain Man (1998 United Artists) o más recientemente en 21 Blackjack (2008 Columbia Pictures), viene a ser que «si sabemos las cartas que han salido, podemos saber las cartas que quedan por salir y aunque no sabemos con exactitud cual será la siguiente, sí podemos saber qué posibilidades hay de que salga una carta que nos beneficie».
El Blackjack, conocido como 21, es un juego de cartas en el que se utilizan una o más barajas de 52 cartas, y también es un juego de memoria: las cartas repartidas son el pasado y las que están en la baraja, el futuro
Uno de los mayores anhelos de los matemáticos a lo largo de la historia ha sido, probablemente a partes iguales, utilizar y vencer a los juegos de azar. Y en el mundo del famoso juego de blackjack, el sistema de conteo quizás más sencillo y conocido trata de suma/resta en el que dependiendo del tipo de carta a esta se le asigna un valor de [+1(0)-1]; salvando las distancias, el conteo de cartas y la teoría de probabilidades, utilizada en campos como la estadística, las matemáticas o la filosofía, tienen suficientes parecidos razonables: sacar conclusiones sobre la probabilidad de sucesos potenciales o eventos difíciles de cuantificar.
Y al hilo de lo anterior, utilizando sus conocimientos de estadística y probabilidad «Beat The Dealer», escrito por Edward O. Thorp en los años 60, fue el primer libro que utilizó las matemáticas para demostrar que se podía ganar jugando al blackjack con una correcta aplicación del conteo de cartas.
¿Contar cartas y Big Data?
Mediante la lectura de más arriba no se pretende validar, aquí y ahora, una nueva aplicación de técnicas Big Data para nuevos sectores como serían los juegos de azar puesto que resulta evidente que dichas técnicas se llevan usando hace tiempo, tan sólo se cita que hace años habilidades humanas con la ayuda de ordenadores hicieron posible adaptar sus estrategias obteniendo nuevos y más efectivos métodos.
Y hoy, muchos años después, con más medios, recursos y nuevas habilidades, no parecemos ver el inmenso potencial que dan los datos, que todavía no parecemos ser conscientes de la inagotable producción de información generada a nivel mundial que podría proporcionarnos nuevos conocimientos en múltiples ámbitos, que si de «jugar a juegos con información incompleta» se trata, existen participantes que disponen de información privilegiada que les dará importantes ventajas competitivas.
Eso es el Big Data y eso es lo que a través de nuestro Sistema de Información DATHOS ofrecemos: solución basada en el uso de información almacenada en nuestro banco de datos privado que da respuesta a distintos problemas, y con la que se pueden adoptar mejores y más eficaces decisiones empresariales en todo tipo de mercados.
Decisiones basadas en evidencias, no en suposiciones
Con esta nueva publicación en la que hemos escrito sobre juegos de azar y conteo de cartas, de teorías matemáticas aplicadas al dinero, hemos pretendido señalar las virtudes que durante los próximos años nos va a proporcionar el uso de los datos, de que cuanta más información tengamos mejores decisiones adoptaremos, de que en definitiva y como diría el famoso filósofo estudiar no debería servir sólo para saber más sino sobre todo, para saber mejor.
Y en esta entrada web, la segunda de la serie que comenzamos con nuestra anterior publicación, señalamos una nueva solución que ofrecemos a través de nuestro proyecto de Big Data: mediante el estudio y análisis de algunos de los datos históricos relativos a vehículos y circulación, mejorar las decisiones corporativas de negocio en determinados segmentos, entre otros, Administración Pública, Seguros, Sanidad, Servicios Financieros y Vehículos (nota: en próximas fechas todos nuestros informes serán incluidos, a modo de ejemplo y en extracto, en la sección portfolio de nuestra web, y sujetos a la condición «bajo demanda»).
